miércoles, 17 de abril de 2013

Piet Mondrian: el arte de las cuadrículas

Piet Mondrian es, junto a Wassily Kandinsky y Kazimir Malèvich, uno de los pioneros de la abstracción. De nuevo le rescatamos para los talleres de semana santa de entre nuestros artistas preferidos para trabajar en clase.
Sus cuadros son muy reconocibles, imágenes que han sido reproducidas para decorar los objetos más variados.


Mondrian fue holandés. Estuvo en sus principios muy influenciado por el cubismo, pero me interesa por la base conceptual que encierran sus cuadros. Para empezar los chicos en seguida se dan cuenta de cuáles son los colores de sus composiciones. Solamente los primarios, el blanco y el negro, los mismos que usamos en clase para trabajar. Los colores básicos, con los que mediante su mezcla, se puede conseguir todo el espectro de colores. Con sus pinturas "busca encontrar la estructura básica del universo, la supuesta “retícula cósmica” que él intenta representar con el no-color blanco (presencia de todos los colores) atravesado por una trama de líneas de no-color negro (ausencia de todos los colores) y, en tal trama, planos geométricos (frecuentemente rectangulares) de los ya mencionados colores primarios, considerados por Mondrian como los colores elementales del universo". (Wikipedia)


Estas ideas me remiten inevitablemente a la tecnología de la imagen. Desde la imagen televisiva, hecha con cuadraditos de los colores primarios, a los pixeles digitales; es como si Mondrian hubiera pintado pixeles ampliados. Solo que él murió en 1944. En realidad para mi en sus cuadros no está la estructura básica del universo, pero sí la estructura básica de la imagen.


Ese es el ejercicio que nosotros hacemos. Interpretar una imagen descomponiéndola en formas simples, rectangulares y usando únicamente los colores primarios, de forma que donde hay un objeto verde pondremos amarillo y azul, en un proceso que recuerda un poco al de los puntillistas. De nuevo vemos que la abstracción (y lo digo porque esta es una idea muy corriente en los niños), no es un simple improvisar en el cuadro al libre albedrío, si no que implica un proceso de síntesis de la imagen y sobre todo, que es lo que nos interesa, de observación, quizá más atenta que la que se corresponde con un ejercicio de copia figurativa. El cuadro de la izquierda se llama "New York Boogie-Woogie" y se supone que el artista ha pretendido representar las agitadas calles nocturnas del centro de Nueva York, llenas de tráfico y luces de teatros y locales de jazz.

Esta vez recurrimos a rincones de la clase, no solo objetos, si no espacios, paredes, estanterías, o ventanas que remiten ya a esa estructura de retícula. Con los tres cuadros de ejemplo, son válidos todos los recursos de Mondrian, silueta, relleno o enmarcado. 




Nieves, 4 años


Pablo, 5 años


Álvaro, 5 años


Rodrigo, 7 años


Elena, 8 años


Gonzalo, 9 años


Diego, 10 años


Román, 10 años



Chirico: la mezcla de géneros


De nuevo rescatamos al genial pintor para los talleres de Semana Santa. 
Giorgio de Chirico fue un pintor nacido en Grecia de padres italianos. Fue una de las principales influencias de los pintores surrealistas. Lo que nos interesa de su obra es la extraña impresión de mezcla de géneros, obras en las que parece que se hayan mezclado varias diferentes, lo que los surrealistas luego dieron en llamar, "obra dentro de una obra". Sobre todo aquellos cuadros en los que parece mezclar bodegones con paisajes, casi siempre urbanos pero a la vez solitarios, como si esos objetos variopintos fueran los únicos habitantes de lugares en los que también aparecen frecuentemente sombras y maniquíes.



A nosotros nos interesaba porque, en primer lugar, nos ayudaba a entender en profundidad la diferencia entre un bodegón y un paisaje, pero por otro, a comprender la libertad del artista para saltarse los géneros clásicos en los que muchas veces se clasifica la pintura sin mayor motivo que el de la costumbre.


La propuesta era que tenían que hacer un bodegón y luego inscribirlo en un paisaje cualquiera, un paisaje que no tuviera nada que ver con los elementos del bodegón, para conseguir esa sensación de extrañeza que transmiten las pinturas "metafísicas" de Chirico.

He de decir que los resultados con de lo más variopintos y originales. ¡Estoy muy contenta! lástima la poca definición de algunas fotografías, pero que sepáis que en todas las composiciones hay objetos copiados de la clase que después han sido insertados en esos paisajes inventados.




Álvaro, 7 años


Carlos, 7 años


Borja, 7 años


Rodrigo, 7 años


 Gonzalo, 9 años


Román, 10 años


Alejandra, 10 años



Hugo, 10 años



Los orígenes del cubismo: collages de Picasso y Braque



No es la primera vez que hablamos del collage, técnica a la que recurrimos de vez en cuando por sus enormes aportes a la capacidad de sintetizar de los pequeños pintores... De nuevo en los talleres de Semana Santa hemos repetido taller para que los nuevos artistas no se quedaran atrás en este terreno..

Pero esta vez hemos viajado hasta los orígenes, hasta el por qué un grupo de pintores entendieron el mundo de posibilidades que les abría el trabajar con fragmentos en vez de con totalidades. Una forma nueva de entender el mundo exigía nuevos modos de trabajar, nuevos medios, nuevos procesos e inevitablemente nuevos resultados. La representación del mundo estaba cambiando. El pintor quieto, pintando ante una realidad inamovible, imperecedera y eterna había caído junto con los regímenes que tuvieron el sueño de reinar eternamente. Aquellos reyes absolutos habían muerto y la verdad ya no era una sola. La historia comenzó a tener más versiones que la de los ganadores. La realidad ya no era una ni se presentaba de frente al espectador. El entendimiento del mundo exigía múltiples puntos de vista, un artista que ya no quedara plantado delante de sus objetos, un narrador dinámico, que los rodeara, que investigara más allá de la cara con que estos se muestran al mundo. Todo esto es el cubismo, es la teoría de la relatividad de Einstein, y es un cambio de mentalidad que metió de lleno al hombre en la modernidad. Y esta humilde técnica es el reflejo de todo esto y aconteció a principios del siglo XX en la ciudad de París, donde las vanguardias ebullían y los pintores no cesaban de compartir nuevas ideas. Hasta allí emigró uno de nuestros pintores más ilustres, Pablo Picasso, donde conoció al francés George Braque, y de aquel feliz encuentro surgió una de las grandes revoluciones de la historia del arte, el cubismo.

El collage es romper, es seleccionar, es componer, es construir desde muchos frentes una sola imagen inevitablemente fragmentada. De los objetos más anodinos partieron estos artistas, trabajando la nueva técnica en bodegones repetitivos de los que podían salir miles de composiciones diferentes. Ahí empezamos también nosotros, en las botellas que amueblan nuestro taller, que nos acompañan cada semana como testigos mudos de nuestra evolución.

Hemos partido del uso de papeles de colores y de revistas, al igual que estos artistas usaran los periódicos de su época, y también para rescatar imágenes de objetos de nuestra vida cotidiana, en un intento de adaptar su visión del collage a nuestra realidad actual. Por otro lado hemos intentado trabajar mezclando técnicas, integrando líneas y manchas pictóricas con el pegado de papeles.

Un gran trabajo.




Borja, 7 años


Rodrigo, 7 años


Flavia, 8 años


Gonzalo, 9 años


Román, 10 años


Diego, 10 años


Carbón y sanguina: entonando nuestro entorno

Una vez más abordamos el carboncillo y la sanguina en nuestra eterna lucha por entender lo que es entonar un dibujo, es decir, darle a cada objeto su luz correspondiente, traducir en nuestro papel la imagen en color a un estado monocromo, en el que sólo distingamos la variedad tonal. Muchas veces hemos trabajado la escala de grises con el carbón o con la sanguina de forma independiente, pero esta vez hemos decidido mezclarlos, trabajar con tres colores diferentes: el negro para las sombras, la sanguina para los tonos medios y el blanco para las luces. Normalmente nuestro blanco es el del papel, pero esta vez hemos usado barra comté blanca, lo que nos ha dado más posibilidades, ya que tanto el carbón como la sanguina tienen matices diferentes sobre el blanco del papel que mezclados con la barra blanca. 

Es sorprendente la variedad en los dibujos con apenas tres colores y las diferentes maneras de aplicarlos, frotados, difuminados, por medio de trama de línea... ¡Dignos de conservar!


Nieves, 5 años


Pablo, 6 años


Marina, 7 años


Marta, 7 años


Carlos, 7 años


Borja, 7 años


Rodrigo, 7 años


Elena, 7 años


Flavia, 8 años


Gonzalo, 9 años


Jaime, 9 años


Lisa, 10 años


Alejandra, 10 años


Hugo, 10 años


Diego, 10 años


Carlota, 11 años


Esther, 13 años


Marina, 13 años