miércoles, 23 de enero de 2013

Retratos


Una vez más abordamos el género del retrato, esta vez volviendo casi a los artistas medievales, a aquellos cuadros que querían contarnos, no sólo los rasgos del retratado, si no también sus ocupaciones y su carácter. Nos fijamos en retratos de personas sin nombre, en los habituales títulos medievales que sólo aluden a la ocupación o posición del retratado; "Un comerciante", "Un astrónomo", "Un sastre", ¿Adivináis cuál es cada uno?. También nos fijamos en retratos de niños con aficiones parecidas a las nuestras...


El propio Velázquez comienza sus primeras pinturas con este género que algunos denominan "costumbrista" en su "Vieja friendo huevos" o "El aguador de Sevilla". En estos cuadros la personalidad del retratado suele ser un estereotipo, rasgos de carácter definidos por objetos o poses.


¿Qué rescatamos nosotros? El hecho de hacer un retrato fijándonos en las ocupaciones del retratado, en este caso en sus gustos y aficiones. Aunque aquí no usamos estereotipos, aprovechamos la excusa del retrato para conocernos un poquito más los unos a los otros al tener que representar a nuestro modelo más allá del rostro o del parecido, con todo aquello que él o ella siente importante en su persona. Combinamos el recurso de estos pintores de hace siglos con el interés contemporáneo por retratar al individuo concreto, con sus sentimientos y emociones propios. En consonancia con esto, los cuadros no sólo van firmados, si no también con dedicatoria del artista para el modelo.

Nieves, 4 años


Carlota, 4 años



Pablo, 5 años


 Álvaro, 7 años


Blanca, 6 años


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